Felipe Marcano.
Mientras los países del norte del mundo y sus títeres del sur, defensores a ultranza del modelo neoliberal, someten a sus pueblos al más salvaje y despiadado capitalismo, en Venezuela, desde hace ya unos 18 años, la Constitución de la Republica Bolivariana consagra la participación protagónica en el desarrollo social, económico, cultural y político de la nueva sociedad. Es la lucha, el enfrentamiento histórico del hombre contra el hombre, del capitalismo salvaje contra el socialismo, del egoísmo contra la solidaridad, de la esclavitud y la barbarie contra el hombre en libertad.
En Estados Unidos, mientras los ciudadanos, el común de la gente, aun en pleno siglo XXI, sufre los ataques xenofóbicos y raciales, mientras reclama mayor atención de su gobierno, mejores y más derechos sociales, ¡mientras reclama que los dejen respirar!, Barack Obama y su gobierno los callan, los ocultan, los someten. Vuelven la mirada contra el resto del mundo, ordena torcer el brazo a gobiernos y naciones no afines con su política de dominación imperial, declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la paz del continente. ¿Por qué?, tanto daño hace el protagonismo constitucional de la sociedad en Venezuela. Los gobiernos falderos latinoamericanos hacen la comparsa contra Venezuela y su modelo de inclusión y participación directa, protagónica.
Los gobiernos de México y Colombia, fallidos en la protección de sus ciudadanos y defensa de derechos humanos, sociales y políticos, herederos de los escuadrones de la muerte con cientos de fosas comunes donde ocultan miles, ¡cientos de miles tal vez! de desaparecidos por razones políticas y anti populares. Convertidos por sus gobernantes en narco estados al servicio de intereses estadounidenses y de grandes capitales, instigan la intervención en Venezuela. Lo propio hacen Argentina y Chile, ¡oh, sí! Chile, cuya constitución y legislación de ella derivada fue elaborada durante la más atroz de las dictaduras de este continente tutelada por el gobierno estadounidense. Argentina, con sus gobiernos neoliberales expropiador de riquezas, de soberanía, creadora de los escuadrones de la muerte y el Plan Cóndor, ¡la orden imperial los conmina!
A todos ellos, y otros gobiernos neoliberales, expoliadores de libertades, soberanías, independencias, recursos naturales y sobre todo, derechos laborales, sociales, económicos y políticos, los aterroriza, los paraliza la consagración del ideal participativo y protagónico establecido en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. El ideal bolivariano de hoy, como el de ayer en la búsqueda de una solución al problema del hombre en libertad, es sin lugar a dudas el enemigo a vencer, la amenaza al modelo de dominación neoliberal, sus pueblos no deben, ni pueden conocer, tener como ejemplo los derechos consagrados en la Constitución Bolivariana. No deben ni pueden reclamar, exigir libertad, más democracia, mayor participación, ¡que los dejen respirar!
A lo interno, la oposición venezolana sigue el juego intervencionista, para ellos no hay otro proyecto viable que no sea el sometimiento y servilismo ante el amo imperial. Para Julio Borges, Venezuela y toda su sociedad es una enfermedad contagiosa que debe ser exterminada.
El problema es histórico, ¡sometimiento, esclavitud contra soberanía y libertad! ¿Dónde estas tú?
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