jueves, 27 de abril de 2017

Gobiernos de Colombia y México restaurando el Plan Cóndor y el terrorismo de estado contra América Latina y el Caribe.

Felipe Marcano.


Con el fin de la segunda guerra mundial, 1945, el enfrentamiento estratégico entre la URSS y los EE.UU. se caracterizó por conflictos políticos militares de baja intensidad. En ese contexto de dominio geopolítico para América Latina; el llamado Plan Cóndor, buscó, mediante el exterminio, establecer los fundamentos sociales, políticos y económicos del neoliberalismo como sistema dominante. 

En sus orígenes, la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) de los EE.UU y su accionar anticomunista, establecieron las directrices. A la caída del muro de Berlín y el bloque soviético, los fundamentos de esta doctrina anticomunista derivan hacia la doctrina Bush en las que se busca establecer el área de libre comercio para las américas (ALCA) como modelo económico neoliberal dominante y se implementan las guerras preventivas anti terroristas alrededor del mundo.

Mediante el Plan Cóndor, desarrollado en América Latina a partir de 1964 con el derrocamiento de Joao Goulart en Brasil, se pone en marcha la DSN como estrategia central de dominación sudamericana. Las jóvenes o florecientes democracias de Republica Dominicana, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, fueron sistemáticamente derrocadas por fuerzas internas y externas al servicio estadounidense. Las instituciones democráticas, libres y soberanas, así como los movimientos populares, arrinconados y sus dirigentes o líderes exterminados. Como fuerzas de intervención interna figuran partidos políticos y organizaciones de ultra derecha como el Opus Dei e instituciones como la Universidad Católica de Argentina y otras Universidades católicas dirigidas por jesuitas. También figura entre muchas otras organizaciones, medios de comunicación y la llamada Confederación Interamericana de Defensa del Continente dándole carácter continental al movimiento colonizador.

Para 1979, desde Puebla, México, la iglesia vaticana en su III Conferencia del Episcopado Latinoamericano declara que: “la Doctrina de Seguridad Nacional es una ideología vinculada a un modelo económico político de carácter elitista y vertical que suprime la participación del pueblo en las decisiones políticas. Pretende justificarse en América Latina como defensora de la civilización occidental y cristiana mediante un sistema represivo con bases en su concepto de guerra permanente”

De la convulsionada y deprimida América Latina y Caribeña de los 80 y 90 los movimientos sociales del continente junto a la vieja guardia cubana y la naciente revolución bolivariana, surgen aires de cambios sociales y derrotas de las políticas intervencionistas, neoliberales, fondomonetaristas. La doctrina Bush contenida en el ALCA es derrotada en Mar del Plana.

A las sombras imperiales, los gobiernos de Colombia y México son convertidos en adalid de la democracia, la libertad y los DD.HH. concebidas en la Doctrina de Seguridad Nacional. A lo interno, con la mirada complaciente y cómplice, silente, de organismos internacionales, en Colombia se ha librado por más de 50 años una guerra fratricida, mediante la cual las elites políticas y económicas han abusado del poder convirtiendo a la nación neogranadina en el mayor productor de drogas del mundo, de los llamados falsos positivos; acciones terroristas desarrolladas por grupos paramilitares al servicio del gobierno para criminalizar, exterminar o desaparecer a los movimientos sociales y políticos adversos a los fundamentos coloniales de la DSN. Como calco y copia del narco estado colombiano, México, estableció su propio ejército paramilitar a través del cual perseguir y exterminar los movimientos sociales, el narco estado con terrorismo incluido, las fosas comunes y las desapariciones forzadas de estudiantes, periodista y líderes sociales. Entre México y Colombia difícil saber hoy quien es mayor depredador.

Convertidos en estados fallidos por los gobiernos de Uribe y Santos, en Colombia y en México, con Fox, Calderón y Peña Nieto, los estados nación solicitaron la intervención de fuerzas policiales y militares estadounidenses y de la OTAN entregándoles su territorio, su independencia, soberanía política y económica. Con esta aparente ingobernabilidad manifiesta los estados colombiano y mexicano promovieron la intervención de fuerzas extranjeras en su territorio bajo los fundamentos de la doctrina de seguridad nacional o doctrina Bush, mediante la cual sostener las democracias neoliberales en contra de los pueblos y movimientos populares que reclaman más libertad, más democracia, más soberanía, más independencia, mejor distribución de las riquezas, más participación política... 

Hoy los gobiernos de Colombia y México, los mayores narco estados del continente y violadores de DD.HH. con su narco política y terrorismo de estado, aupados por el gobierno de los Estados Unidos, pretenden dar lecciones de moral y ética, de gobernabilidad democrática y libertades sociales e intervenir en la política venezolana para imponer la visión hegemónica imperialista de la doctrina de seguridad nacional o doctrina Bush. Los gobiernos de Colombia y México pretenden con esfuerzo iracundo, denodado, la intervención militar en Venezuela y el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro y toda la institucionalidad democrática venezolana, la violación y el desconocimiento de la Constitución Bolivariana. El triunfo de la Revolución Bolivariana significaría la derrota definitiva del modelo neoliberal en el continente y por ende la perdida de poder político y económico de las elites dominantes protegidas por la doctrina Bush o DSN. Después irán por el resto del continente y el Caribe. 

Cuando veo a Lula y a Dilma arrinconados, derrotados por antiguos amigos, detractores de Chávez, les pregunto; ¿Cuánto extrañan a Chávez y sus razones, carajo?

¿Qué harán los pueblos de este continente ante tan macabros y perversos planes de dominación imperial y restauración de la oscura y tenebrosa noche neoliberal? ¿Qué harán los pueblos y movimientos sociales mexicanos y colombianos en contra de la restauración del plan cóndor?¿Qué harán los lideres políticos nacionalistas del continente cuando los gobiernos de Colombia y México imponen la violencia terrorista en las calles de Venezuela?

¡Es hora de dar un paso al frente, la Patria venezolana, forjadora de libertades, soberanía e independencia de los pueblos así lo reclama, Carajo!¡La Patria de Bolívar, de Chávez! ¡La Patria Buena, La Patria Noble, La Patria Solidaria, La Patria Grande llama, Carajo!

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viernes, 21 de abril de 2017

Colombia y las santas vainas de Juan Manuel

Felipe Marcano.

En extrañas circunstancias, pero con premeditación, Donald Trump ha concretado su reunión con Álvaro Uribe, paraco Nº 82 en la lista negra de los servicios “contra la delincuencia organizada y el narcotráfico” de los EE.UU., ¡Dr. Varito, a decir de Pablo Escobar Gaviria!! La noticia de primera pagina sobre esta “inesperada y casual reunión” fue la conversación sobre Venezuela, ¡y cómo intervenirla!, ¿Cuándo no? Con igual extrañeza Santos, el Juan Manuel presidente de Colombia, encolerizado, declara a los medios, sí, está arrecho por los chismes que, a decir de él, su mentor Varito, a contado a Trump sobre el actual gobierno colombiano, no de Venezuela, sobre el mal gobierno colombiano, ¡cosa rara que la prensa no contó! ¿Por qué se molesta que su adversario político de hoy hable mal de su gobierno ante Trump? ¡Y como le encanta levantar falsos testimonios sobre el gobierno venezolano! Su canciller hace silencio, no se encoleriza.

A pocas horas del desencuentro, retoma y coordina la iniciativa de agredir, de buscar a toda costa la intervención y el tutelaje extranjero sobre Venezuela, la Venezuela Bolivariana, Chavista, Madurista, que tanto lo ha ayudo a concretar la Paz que su actual enemigo, Uribe, le sabotea. Juan Manuel Santos, necesitado de audiencia de primera pagina, sale descaradamente a intervenir en los asuntos internos de Venezuela, ¡malagradecido!, ya antes, al asumir la presidencia de Colombia, declaraba ante empresarios y universitarios estadounidenses que su gobierno no seria copia de la dictadura castro-chavista en América Latina, ¡carajo! Hipócrita, se le olvidaba que Fidel, Raúl, Chávez, Nicolás, Cuba y Venezuela, eran sus principales aliados en la búsqueda de la PAZ en Colombia. Se le olvida la pasión, el liderazgo y la solidaridad absolutas puestas al servicio de su gobierno y de la Paz para Colombia, ¡bandido! Se le olvida, el gran esfuerzo de Chávez y Nicolás para hacer a un lado la desconfianza por el bombardeo a territorio ecuatoriano y la conjura contra Chávez a partir de los “súper computadores” de Marulanda. 

No, definitivamente, no se le olvida, ese carajo, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, no estaba arrecho por ni contra Uribe, antes y ahora, estaba bravo, furioso por dejarlo en segundo plano, fuera de la alfombra oval donde postrarse ante el amo y señor, a decir de Pablo Kuczynski, estaba celoso, envidioso de no tener un puesto de primera donde mover la colita, como buena mascota ante su amo. Para lograr la atención y preferencia del amo tiene, debe y ataca sin piedad y vacilación al Gobierno de Nicolás Maduro, de la Venezuela Bolivariana.

Están los dirigentes de las FARC consientes que la actuación del gobierno colombiano con Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos a la cabeza de la injerencia e intervención extranjera en Venezuela busca derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, garante de la paz colombiana. Están los dirigentes políticos colombianos “de izquierda” consientes que el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro por fuerzas imperiales con el aval del gobierno colombiano abre el camino para la aniquilación de todo movimiento social y político adverso en el continente. ¡Creo que no! Y deberían poner sus barbas en remojo, Juan Manuel no es Santo y con la intervención en Venezuela están promoviendo y consolidando un nuevo y definitivo exterminio de los movimientos sociales y revolucionarios en Colombia y el resto del continente. ¡No sueñen con llegar ni siquiera a realizar una campaña política!

¡Pendiente y Vista!

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miércoles, 12 de abril de 2017

Intervención en Venezuela; ¡la gota que falta!

Felipe Marcano

Retirado de la acción directa, de los acontecimientos políticos de las ultimas semanas, hoy, en extrañas circunstancias, las acciones político-guarimberas, de las últimas 24 horas invaden mi pensamiento, como vorágine trasladan mis recuerdos al pasado, 15 años atrás, donde la oposición venezolana de hoy  planificó con saña, alevosía y premeditación, el escenario, asesinato de venezolanos inocentes con el firme y decidido propósito de culpar, enjuiciar y condenar al presidente Hugo Chávez y su Revolución Bolivariana. ¡Entonces fue el detonante para el derrocamiento del gobierno!

Hoy, con la angustia de entonces, por tan macabros planes, me veo en la urgencia e imperiosa necesidad de retomar un puesto de vanguardia y alertar a las autoridades venezolanas de lo que, para quien escribe, es el plan maestro, macabro, de las siguientes 10 horas en Venezuela, que definirán el papel injerencista e interventor internacional, las guarimbas, sus actores internos, externos y mediáticos han venido paulatinamente preparando el terreno contra la estabilidad nacional y la continuidad del gobierno de Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana.

¡Por Cumaná es la cosa!: hoy, miércoles santo, en horas de la tarde, debe ser realizada la misa y procesión del Nazareno. Esta actividad religiosa es oficializada generalmente por Monseñor Diego Padrón, actual presidente de la CEV, abierto y decidido opositor al gobierno nacional, contrario al dialogo y la Paz. Conociendo a la oposición y sus acciones criminales para llegar al poder político, una ráfaga tormentosa invade mi pensamiento, un “palpito”, presentimiento, percepción de macabros y criminales planes contra la persona de Monseñor Diego Padrón y la Iglesia Venezolana. En el avanzar de las horas, mientras con urgencia hilvano mis palabras, en mi alma y espíritu chavista, de venezolano amante de la PAZ, no hay dudas que atentaran contra la vida de Monseñor Diego padrón durante la realización de esta importantísima actividad religiosa.

¡Ojala y quiera Dios esté equivocado!, pero por si acaso este es un alerta desesperado a las autoridades todas. En el Salvador la guerra civil marcó su historia en la muerte Monseñor Arnulfo Romero por manos de la derecha internacional con apoyo de EE.UU

¡Pendiente y Vista!