viernes, 28 de julio de 2017

UDO: ¡rosa de los vientos que perdió el rumbo!

Felipe Marcano.

Navegación tranquila, al Sur, mar en calma, ¡extraña calma en estas aguas tormentosas! En la distancia, al horizonte; el abrumador, por demás; escalofriante atardecer presagia tempestad… Entre las sombras de la puesta de sol y la tormenta, en navegación al Norte −opuesta a nuestro rumbo−, con derivas y recuestas entre 6, 10, 15 grados al Nor-Noreste, se vislumbra un navío:
─¡Grande, hermoso navío!
Sus raídas velas y la falta de movimiento sobre cubierta llaman la atención; ¡está abandonado!, ¡dejado a la suerte! ¡Cuál barco fantasma, ante nuestros atónitos ojos, es un mal presagio! ¿Se hundirá ante la tempestad?... Los guardiamarinas, alféreces, capitanes, almirantes; ¿dónde están? ¿A quién pertenece? Su autoridad o dueño, su tripulación; jóvenes valientes, heroicos, deseosos de aventuras, de nuevos y desconocidos horizontes, soñadores..., ¿dónde están?
─¿Dónde están los marinos y aprendices de este formidable navío? ¿Qué fuerza humana –maligna fuerza− dejó a este majestuoso navío en la soledad absoluta para que sucumbiera ante la adversidad? ¡Ni las audaces, veloces y alegres golondrinas vuelan entre sus mástiles, ya no descansan de su largo viaje en las claraboyas o anidan en los entrepaños!

Ante la rosa de los vientos, vacilante, miro nuestro rumbo, desde babor, el abandonado y maltrecho navío, en sorpresiva y rápida maniobra nos enviste; ¡nos devora!, ¡somos parte de él!, de proa a popa, de babor a estribor, de arriba abajo, somos uno, ¡somos él!, ¡somos su tripulación fantasma!...
En cualquier dirección de este campus universitario miro desdén, desidia, soledad, ─¡menos que en un desierto!, ¡nada!─ ¡Nuestra universidad autónoma venezolana, la Universidad de Oriente, desde hace muchos años perdió el rumbo, perdió la confianza y solidaridad del pueblo venezolano! ¿Por qué?
El afán e interés de nuestras autoridades, gremios, docentes y, extrañamente estudiantes, en tener el poder político contra la Constitución, nos ha llevado a la indefensión, soledad, anarquía, desgobierno. Nos ha colocado en una posición de vulnerabilidad absoluta, de abandono institucional nunca antes visto. En el rumbo o dirección que se mire sobre nuestros campus universitarios encontrará un vacío, una falta de identidad y pertenencia, una universidad sin rumbo, sin destino, una universidad ¡seca como la mar!; ¡falta de esperanzas!, ¡falta de ideas!, ¡de vida!, ¡de soñadores estudiantes; verdaderos, comprometidos, heroicos y libertarios! ¡Docentes; de corazón y alma buena, noble! ¡Autoridades; auténticas y responsables autoridades académicas!...
Tras más de cien días de la llamada lucha libertaria contra el malvado, tirano, oprobioso, régimen que extraña e incomprensiblemente la sostiene y trata de mantener viva, ¡abierta!, la universidad autónoma venezolana, la Universidad de Oriente, está lista, preparada para irse de vacaciones ─¿merecidas vacaciones por tan loable labor?─ mientras, los pocos, muy poquitos estudiantes ─alrededor de un 10%, difícilmente 20%, de la matricula estudiantil─, como pequeñas golondrinas, deambulan por el campus sosteniendo sus almas, la fatiga, el desespero. ¡La desesperanza de no saber cuál es su destino!
─¿Cuál es el destino del actual o del próximo semestre?
Los convideros, aupadores, solidarios colaboradores de protestas "con heroicidad libertaria a trancazo y quema de personas vivas", ¿dónde están hoy? ¿Qué les dirán? ¿Coadyuvarán con los desamparados y oprimidos estudiantes que aún quedan? ¿Los premiaran con aprobación de asignaturas sin clases? ¿Los aplazaran como castigo al no ser parte activa del asalto al poder, por la no victoria ante el régimen?



¡El espacio-tiempo del semestre se esfumó, ya no está!, con ello el semestre académico, una vez más, se ha perdido. Las autoridades, docentes y dirigentes estudiantiles; facilitadores, auspiciadores, participes directos o indirectos, solidarios, convideros…, hoy no tienen una respuesta satisfactoria de aliento y esperanza para los académica y políticamente derrotados estudiantes. Hoy se irán de vacaciones a disfrutar la vida en la intimidad y comodidad del hogar, con la familia, entre amigos, en paraísos terrenales. Ninguno, pero ninguno, se preocupará por el destino, fatídico destino, de tan indefensas golondrinas en medio de la tormenta, en la inmensidad del mar, lejos, muy lejos de la tierra firme, ¡de la tierra y libertad prometida! Ninguno de ellos dejará, sacrificará sus vacaciones en beneficio de los afligidos, desesperanzados, decepcionados estudiantes ni siquiera de los cruzados, heroicos libertadores.
─¡Hoy triste, desoladora, desgarradoramente; los campus de nuestra universidad autónoma, están vacíos, secos como la mar!

Durante los últimos diecinueve años, por apetencias de poder político, contra el estado-nación, contra la Constitución, contra la institucionalidad; los paros, huelgas de 12, 24, 48, 72, generales, indefinidos, ¡hasta que se vayan! −¿los estudiantes?−, a trancazo, quema de bienes, servicios y personas vivas, para derrocar al gobierno legal, legítimo y constitucional, han tenido y tendrán un profundo efecto bumerán sobre la vida institucional; primero que el gobierno, ¡ya se han ido los estudiantes, nuestra razón de ser!
─¡El pueblo humilde, noble, desde hace rato perdió la confianza en la universidad y en los universitarios!
De ser derrotada la idea de justicia, equidad, paz, libertad, soberanía, independencia, democracia, de identidad nacional contenida en la Constitución Bolivariana; ¡se irá también la Universidad Autónoma Pública y Gratuita y junto a ellas los pocos estudiantes, profesores, obreros, empleados y autoridades que aún quedan! ¡Las iguanas y las golondrinas! Reinará el caos, la anarquía, la ingobernabilidad, la zozobra, la devastación, la muerte, la barbarie, la nada.

A la tempestad invasora, alienadora, devastadora, de sometimiento y dominio neocolonial; ¡no sobrevivirá la Universidad Autónoma venezolana!, cual barco fantasma, sin rumbo ni dirección ni vida, la tempestad confiscará, engullirá, nuestro portentoso y majestuoso navío; la Universidad de Oriente, la "casa más alta", la casa de la rosa de los vientos, que por falta de amor y fuego patrio, perdió el rumbo.


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Publicado en: 28/07/17 - www.aporrea.org/educacion/a249997.html