Felipe Marcano.
En el diario de idas y vueltas al trabajo, en bus, a pie, en carritos ..., en busca de solución a la grave, extraordinaria e inusual crisis que nos envuelve, el chofer, la señora, el señor, empresarios, comerciantes, bachacos..., la sociedad en su conjunto y en todos los ámbitos y medios tiene un tema; la carta, sí, la carta que aplicaran a Maduro, - ahora si, se jodió, por fin se acabará la vaina, por fin dejaremos de vivir esta angustia diaria...- ¿vienen nuestros salvadores?
Mientras tanto, la dirigencia opositora, a falta de liderazgo, proyecto político nacionalista creíble, y sobre todo respaldo popular, se mueve rápido, muy rápido, en todas direcciones, busca aliados, perros falderos, que en sintonía con políticas intervencionistas, se confabulen contra el gobierno de Nicolás Maduro, contra el proyecto de la Revolución Bolivariana, contra la sociedad venezolana. Para la dirigencia opositora es urgente el aislamiento internacional del gobierno, de la nación venezolana y en consecuencia de la sociedad venezolana.
Ante el mundo, a través de la OEA, con Luis Almagro al frente, se pretende aplicar al Estado Venezolano, la llamada “Carta Democrática”, mediante la cual Venezuela, su sociedad toda, sea aislada del contexto y las relaciones internacionales. Mediante esta asfixia, bloqueo económico, político, cultural, deportivo, turístico... se busca el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro, de la Institucionalidad Republicana, Soberana y toma del poder por la fuerza de la intervención y el tutelaje extranjero, a ultranza, ausente, lejos, muy lejos de la Democracia Republicana establecida en nuestra Constitución Bolivariana. Este aspecto en las consecuencias de la “Carta Democrática” es desconocido por el Pueblo, por la Sociedad Venezolana que comenta, piensa, cree, sí, cree profundamente que el peo y la aplicación de tan renombrada carta, es sólo de Maduro o contra Maduro. ¡Parece convencida que su aplicación, a falta de oposición y liderazgo político, es la solución de todos los males que nos aquejan y consumen nuestras vidas en la diaria búsqueda de un buen vivir!
Entre las interrogantes, desconocidas o dejadas de lado en la sociedad que busca solución a los graves problemas están; qué harán después, cómo gobernaran, para quién... En opinión de quien escribe; el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro y el consecuente desmantelamiento de la Institucionalidad Democrática, Social y Política derivados de la Constitución Bolivariana, por intervención y tutela de fuerzas extranjeras traerá más caos, más pobreza y mucha más destrucción y muerte. ¡Sus promotores y financistas desde paraísos terrenales, dirigirán la acción, como en Libia, Siria, Irak, Afganistán y todos los lugares del mundo devastados donde han dicho llevar la libertad y la democracia!
Acostumbrada, soñadora de prosperidad y buen vivir, para mantener el status de vida logrado entre 2004 y 2010, la sociedad venezolana hace cuanto puede, probablemente hasta lo que no debe. Hoy se encuentra muy endeudada, hasta los tuétanos, con la banca y otros acreedores, “tomado el control”, por fuerzas interventoras, de la “liberación de precios” y de tasas de interés, como medidas o recomendaciones fundamentales del sistema neoliberal, muchos serán los venezolanos que en la calle quedaran. Los bancos y sus dueños, como sector financiero intervencionista, será el primero que reclamará cuota de poder y “pago de deudas e intereses dejados de percibir” durante los últimos 15 años.
¿Qué haremos los venezolanos ante el terrible, nefasto, sombrío panorama contenido en la letra pequeña de la “carta democrática” que la oposición venezolana y Luis Almagro quieren aplicar al Estado y a la Sociedad Venezolana?